sábado, 26 de julio de 2014

Cortando la parra seca – Pere Ll. Mataró

Subida en la vieja escalera
cortando la seca parra
que ha dejado de dar sombra,
bajo la atenta mirada del padre
que en silencio se deleita
del orgullo por su hija.

Cálido verano
de lejanías forzadas,
desasosiegos inquietos,
suspiros por el amado ausente
mientras cae otro trozo de parra cortada.

El calor del deseo
supera la temperatura del sol radiante,
impasible en lo alto del azul,
mientras permaneces ajena
a los banales y vacíos comentarios
de la gente que revolotea a tu alrededor.

La noción del tiempo
se pierde con la melancolía del pensamiento,
mientras el ruido del último trozo de parra
al golpear el suelo tras caer al ser cortado,
te despierta del aletargamiento.

Amontonas los trozos de parra
esparcidos por el suelo,
como si de recuerdos se trataran,
esperando que llegue la noche
para encender con ellos la hoguera
que apaciguará ese echar de menos
que te ha acompañado durante el día.

Mañana será otro día de este caluroso verano
abstraída por el ansia de que pase rápido el tiempo,
y puedas tachar un día más en tu cuenta atrás
a la espera del abrazo del amado.

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