jueves, 16 de octubre de 2014

Se hizo el silencio - Pere Ll. Mataró

Me mata la angustia
de saberte en mi abrazo
y al momento
perderte con un chasquido de dedos,
sucumbiendo en el naufragio de lo absurdo,
en la oscuridad de lo incomprensible.

Es como caerme al vacío,
como quedarme sin aire,
es como arrancarme mis sueños
y caer en picado a la locura…

No se quién juega a juzgarme,
y lo gracioso es que no me importa,
no me quita el sueño
ya que jamás llegarán a conocerme
y en consecuencia no se merecen mi atención,
pero me duele que tú me reproches
su mentira…

Creía que me conocías,
pero me has demostrado que no.




En tu pensamiento
he dejado de ser “genuino”,
merecedor de una confianza
que has preferido nublar por
los que no tienen otra cosa que hacer
que intentar vivir una vida ajena a la suya,
una vida que ni tan siquiera les ha sido prestada,
mientras que la suya se seca
en el olvido de no saberla vivir.

Cerraste la puerta,
y no la abriste para dejarme entrar,
me dejaste fuera
y me perdí.

Se paró el viento,
ya no acuna versos,
los labios enmudecieron,
la sonrisa yace congelada
en lo más oscuro de la tristeza,
el corazón dejo de bombear sueños,
las manos perdieron su tacto
para olvidar el abrazo cálido.

Ya no hay más bailes,
se hizo el silencio.

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