martes, 14 de julio de 2015

Justamente donde la luz del sol se fractura sobre el mar - Pere Ll. Mataró

Contemplando el horizonte
al caer el día,
justamente donde la luz del sol se fractura sobre el mar,
donde las reflexiones siguen teniendo el mismo aspecto
tras ser pensadas una y otra vez hasta convertirse en convencimientos.

Las confusiones se vuelven pacificas en las profundidades,
todo sino deja de ser importante cuando formas parte del mundo que guarda la linea del horizonte.

No hay necesidad de orar, ni pedir perdón, no hay necesidad de hablar,
no existen fronteras,
ni tan siquiera es necesario respirar.
Ahora estoy abajo
en los profundos abismos de un mar en calma
que solo muestra su rabia en la superficie
donde los naufragios arrastran sueños hasta la orilla.






Formo parte de ese mundo de susurros de caracola
donde todos los pecados de la humanidad quedan en el olvido
donde el tiempo se detiene
para columpiarse en las anémonas
mientras los recuerdos se pierden
en laberintos de algas que se mecen encantadas
por los ecos de cantos de sirena.

Formo parte de ese mundo profundo
repleto de tesoros que no tienen valor,
donde todos los sueños son húmedos
y las lagrimas no tienen sentido
porque forman parte del entorno.

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